TARDE DE VICTORIA
Historia por personel de Ohio Conference
Ambiente de mucha alegría, cantos de júbilo, rostros llenos de emoción donde la sonrisa se mezcla con las lágrimas de felicidad, abrazos, aclamaciones de victoria, en fin un gozo desbordante. Todas estas frases apenas logran describir lo vivido la tarde del sábado 3 de Mayo para la hermandad adventista en Cleveland. Una poderosa campaña evangelística conducida por el pastor Winston Simpson trajo 24 preciosas almas a los pies del Señor. La iglesia celebró con entusiasmo cada alma que se entregaba y el nombre de Dios fue ampliamente glorificado durante toda esta actividad. La celebración fue calificada por todos los participantes como “Tarde de Victoria” pues cada persona que entregó su vida a Jesús en ese día, representaba una lucha y un milagro concedido. Las historias son muchas que contar: Una dama que regresa a la iglesia después de apartarse por años, decide regresar, pero antes de su bautismo ella inicia a evangelizar y junto a ella se bautizan sus dos hermanas y dos amigas más; un Grupo Pequeño trae 8 personas al bautismo, entre ellos una familia de cuatro personas, un hermano que recibió la invitación hace años, ahora se decide. Milagros y más milagros vividos en una sola tarde.
Todo esto inició tres meses atrás, cuando la hermandad del Distrito Hispano de Cleveland inició su trabajo misionero a través de los Grupos Pequeños, llevando visitas a sus reuniones y dando estudios bíblicos. Cada anciano de iglesia realizó una mini campaña de tres días en un Grupo Pequeño y finalmente se realizó la Gran Campaña Evangelística. Fue un trabajo arduo, pero la palabra de Dios se cumplió: “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.” Como si esto fuera poco, Fuimos bendecidos con la presencia de nuestros máximos líderes: El Pastor Ron Halvorsen, nuevo presidente de la Ohio Conference y su amada esposa Buffy, El Pastor Rubén Ramos, Vice presidente de la Columbia Union, el Pr Oswaldo Magaña, Coordinador de la Obra Hispana en la Ohio Conference y su querida esposa Herlinda ¡Que regocijo tuvimos! todos llenos de un gozo sin igual glorificando a nuestro Dios por sus grandes misericordias. No podemos más que decir: ¡Aleluya! ¡Alabado y glorificado sea el nombre de Dios!
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