Hay Espacio para cada persona que quiere Servir

Editorial by Jorge Aguero

En un número anterior, presentamos un grupo identificado como capellanes. Esto planteó preguntas sobre el papel y la función de los capellanes, y hoy quiero aclararlo.

En la Iglesia Adventista del Séptimo Día, los capellanes son ministros con credenciales emitidas por la iglesia, a quienes se les concede respaldo eclesiástico para servir en ministerios especializados en escuelas, cárceles, centros de salud, el ejército, lugares de trabajo y en la comunidad. Ya sea asalariado o voluntario, antes de usar el título de capellán, una persona debe completar la capacitación requerida y tener la experiencia laboral.

Veintitrés años atrás, cuando me inscribí en el programa de capellanía adventista, yo había cumplido los requisitos

previos para entrar en el programa: una maestría en religión, al menos dos años de experiencia como pastor y referencias que confirmaban que era un miembro en regla de la iglesia. Después de completar el plan de estudios requerido por la Asociación de Educación Clínica Pastoral, para trabajar como capellán Adventista, también tuve que obtener la aprobación del departamento de Ministerios de Capellanía de la Iglesia Adventista.

A partir de esta experiencia, entiendo que un capellán es un profesional capacitado para servir y ministrar en nombre y representación de la Iglesia. Se necesitan años de educación y experiencia, y se requiere mucho más capacitación de la que se puede brindar en un día o en un fin de semana. Para obtener más información sobre los requisitos actuales del programa, visite la página: nadadventistchaplains.org.

Si bien no todos desean seguir este ministerio especializado como capellán, hay espacio para que todos los miembros participen en la misión de alcanzar a las personas para Jesucristo.

¡Sigamos trabajando juntos, compartiendo esperanza!

Jorge Aguero serves as president of New Jersey Conference