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Miembros de Potomac ayudan a alumnos hispanohablantes para que obtengan el GED.

Historia de Taashi Rowe

Por lo general, no es bueno cuando un profesor le pide a un alumno que se quede después de finalizar la clase. Pero para Claudia Pretel, que enseña clases de GED para hispanohablantes, es una oportunidad para ministrar. Al finalizar una de las clases, un hombre le pidió disculpas y esperó un llamado de atención por no haber prestado atención durante la clase y porque no había hecho bien la tarea. En lugar de reprenderlo, Pretel le dijo que estaba preocupada por él y le preguntó si podían orar juntos.

Yair Zapata, Lucía Arévalo y Claudia Pretel enseñan clases de GED a hispanohablantes en el norte de Virginia. Yair Zapata, Lucía Arévalo y Claudia Pretel enseñan clases de GED a hispanohablantes en el norte de Virginia.

“Comenzó a llorar”, recuerda Pretel. “Me dijo que su esposa se estaba muriendo. Le pedí permiso para abrazarlo. El Espíritu Santo me dio las palabras para poder hablar con él y le dije que Dios los ama a él y a su esposa. Luego oré por él, compartí un versículo bíblico y le dije que comprara flores para su esposa y le dijera que la amaba”.

El hombre le contó que había estado en los Estados Unidos durante 18 años y nadie había hablado con él de la manera en la que Pretel lo había hecho. En la siguiente clase, el hombre tenía una sonrisa. Traía buenas noticias. El médico les había dicho que su esposa estaría bien. Había mejorado tanto que lo podría acompañar en la ceremonia de graduación.

Estas son algunas de las historias que Pretel escucha a diario mientras lleva a cabo el ministerio que Dios puso en su corazón. Pretel involucró a toda su familia en este ministerio. Su esposo, Olives Villamizar, es pastor de las iglesias hispanas de Bristow, Culpepper y Bealeton de Potomac Conference, al norte de Virginia. Como era docente en su Colombia natal, junto a miembros de las iglesias de su esposo comenzó en 2012 el primer programa de GED, o programa para obtener el diploma de equivalencia de educación secundaria. Sabían que la educación era una de las formas de ayudar a los inmigrantes hispanos para que consigan mejores trabajos.

“Ahora tengo exalumnos que están estudiando carreras universitarias o técnicas”, dice Pretel con orgullo. “También tengo dos alumnos que están comenzando su propio negocio; pero la mayoría percibe un aumento en los salarios porque ahora tienen un diploma que les permite disfrutar algo de una vida mejor”.

No obstante, Pretel y los otros voluntarios hacen mucho más que desarrollar en los alumnos las habilidades que les servirán para el trabajo. Ven las clases como una oportunidad para compartir a Cristo con sus alumnos, de los cuales cerca del 80% son católicos. “Cuando alguien tiene una necesidad, mi esposo y yo los buscamos, oramos y les damos estudios bíblicos. Creemos que esta es una buena manera de abrir las puertas de nuestra comunidad [Adventista del Séptimo Día] y de compartir el evangelio de la manera en la que Jesús lo hizo. Deseamos que nuestros alumnos se interesen en seguirlo”.

En la actualidad, el grupo tiene clases en las iglesias de Manassas, Charlottesville y Culpepper en Virginia y también una clase en Hyattsville, Md. La mayoría de los grupos se autoabastece con la ayuda de las iglesias de su esposo y con la cuota mínima que pagan los alumnos. Pretel trabaja con alrededor de 10 voluntarios que comparten los gastos del viaje a las diferentes localidades donde enseñan casi todas las noches de la semana. Su hija Suranny, enfermera certificada, enseña las clases de ciencia. Yair Zapata, miembro de la iglesia de Culpepper, posee un título en ingeniería y enseña las clases de matemáticas. Las clases comienzan con devocionales, cantos de alabanza, y una oración.

“El programa abre sus puertas para que los estudiantes puedan acceder al GED”, afirma Zapata. “Con la ayuda del Señor, intentamos ayudar a la mayor cantidad de personas posible”.

Recientemente, alrededor de 58 alumnos se graduaron del programa. En la actualidad, el programa está en el proceso de inscribir a nuevos alumnos. Este año el programa tendrá un nuevo desafío, ya que el examen GED se realizará en computadora. En este momento, Pretel está buscando donaciones de computadoras y, como ya ha visto muchos milagros en este ministerio, confía en que Dios va a satisfacer esta necesidad. Para saber cómo puedes ayudar, contáctate con Claudia Pretel al correo claudiapretellp@gmail.com.

 

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