¡El Siempre Llega a Tiempo!

Editorial de Jorge Agüero

¿Hay alguien que siempre llega tarde a las reuniones? Puede que esa persona seas tú. Sin embargo, si hay alguien que siempre llega a tiempo. Usted sabe a quién me refiero. Pero cuando se trata del tiempo de Dios, muchos sacan la conclusión equivocada. Las dificultades personales o las calamidades y el sufrimiento pueden hacer que uno cuestione su plan bueno y perfecto. Algunos han perdido la confianza en la promesa de Jesús de su segunda venida, porque, en su opinión, llega tarde. Segunda de Pedro 3:9 nos da una idea de este aparente retraso:

“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (RV1960).

Según Pedro, el aparente retraso es una demostración de la paciencia de Jesús y de su deseo de salvarnos.

Otro ejemplo del tiempo de Jesús es cuando María y Marta perdieron a su hermano Lázaro. Marta dijo a Jesús: “Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.” (Juan 11:21). Jesús resucitó a Lázaro en su tiempo, no en el de ellos.

Cuando las cosas no salen como queremos, es fácil concluir que Jesús no ha “llegado a tiempo.” Sin embargo, Él ha prometido estar con nosotros sin importar las circunstancias que enfrentemos. Confortantemente, Él dice: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:20).

Se acerca el fin de año, un tiempo en el que celebramos el nacimiento de Jesús, un momento en el que llegó a tiempo. “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer.” (Gál. 4:4). En esta temporada, recuerda que cuando Jesús promete algo, siempre lo cumple. Él vendrá de nuevo, en su tiempo perfecto.